Hablar del horóscopo Leo es hablar de un líder nato: el León necesita mandar tanto como respirar. Y es que a este signo del zodiaco le gusta erigirse como el rey de la selva… en cualquier situación.
El horoscopo Leo cuenta con buenas cualidades que lo hacen un buen amigo: es magnánimo, generoso y entusiasta, además de tener un carácter campechano y expansivo. El León es una compañía divertida y amena, y quien lo conoce suele estar a gusto en su presencia… hasta que saca sus dotes de mando.
Los nativos del horóscopo Leo son ambiciosos, fuertes, valientes, y tienen una abrumadora seguridad en sí mismos. No hay Leones inseguros, y en el caso de encontrarnos con uno, probablemente se deberá a un aspecto inarmónico en la carta astral.
El León es bondadoso por naturaleza, y tiene un idealismo absoluto, que le hace pensar bien de personas y situaciones. Esto no significa esté falto de intuición e inteligencia (más bien al contrario, los nacidos con horóscopo Leo destacan por su rapidez de pensamiento y capacidad de relación), sino que ven a los demás como a sí mismos. Y si ellos son las personas más sinceras y con buena fe que existen, ¿por qué pensar que los demás no lo son?
No obstante, los potenciales defectos del horóscopo Leo suelen ser muy irritantes: un Leo llega fácilmente a ser mandón, paternalista y arrogante. Muchas veces se le acusa de prepotencia y aires de superioridad, debido a que puede estar excesivamente pagado de sí mismo.
Son estas características del horoscopo Leo las que le llevan al dogmatismo: si Leo se hace una idea, no hay quien le haga cambiar de opinión. Dará igual las pruebas que le pongas ante los ojos: será insensible a ellas.
Una persona de horoscopo Leo con aspectos negativos en su carta astral interferirá en lo que no debe en el momento menos oportuno: su ansia de poder le lleva a intentar controlarlo todo, incluso lo que lo le incumbe. Y es que el vanidoso León nunca piensa que sus actuaciones estén de más.