Oráculo

Oráculo. Desde épocas ancestrales, el oráculo ha sido un método de adivinación muy respetado por las civilizaciones que lo han observado. En la época griega y romana, se trataba de una mujer, denominada Pitia o Sibila, que a través de interpretaciones físicas, de símbolos (como las runas) o de cartas  como las del Tarot, averiguaba qué deparaba el porvenir. 

Muy conocido es el Oráculo de Delfos, lugar al que se le llamó, por extensión, igual que su Sibila. El Oráculo de Delfos era un gran recinto sagrado dedicado a Apolo, al que los griegos acudían en busca de respuestas para sus inquietudes. El Oráculo de Delfos, o más bien su Sibila (la Sibila Délfica) fue reflejada por Miguel Ángel en la Capilla Sixtina. 

Con la llegada de los romanos, éstos se apoderaron de esta creencia, haciéndola suya. Es representativo de esta época el Oráculo de Cumas. Se dice que era hija del rey Teodoro de Eritrea y de una ninfa, y que hacía sus predicciones en verso. 

No son los únicos oráculos conocidos, ya que existen en lo que se refiere a Egipto, Fenicia, etc., pero sí que son los oráculos más conocidos. De hecho, el mencionado Miguel Ángel reflejo a estas dos Sibilas, la de Delfos y la de Cumas, cuando pintó en la Sixtina los oráculos.